lunes, 6 de diciembre de 2010

Christopher Denise. Fiesta en la cocina



Christopher Denise. Fiesta en la cocina


Hoy os traigo las encantadoras ilustraciones del artista estadounidense Christopher Denise ; en concreto traigo las pertenecientes a la colección de libros infantiles "The redwall" , con textos de Brian Jacques .





























Si quieres ver más de este autor, puedes visitarlo en su BLOG

domingo, 21 de noviembre de 2010

Magia, ilusión y emoción. El clan



Magia, ilusión y emoción.

El Clan


Hola, hola a todos. Jo qué ganas tenía de vover a estar por aquestos lares otra vez. Y volver a veros y todo eso de recuperar de nuevo la vida que yo tenía antes, jajajja
No, no voy a ser ingrata. No debo quejarme, pero .. ¿no se podría hacer todo?, trabajar, rendir, relacionarse y vivir, jopetas!?
En ello estoy!, a ver si de una vez por todas he logrado por fin dar con la clave y así conseguir estirar el tiempo. ¡Virgencita, virgencita: échame una mano, prima!
Bueno, pues a lo que voy. Ya os he ido adelantando un poco en las respuestas en la entrada anterior. lo que se nos viene encima...
Para quien me conoce no será una sopresa, pero habrá más de uno que no entienda eso del "no querías taza?... pues toma taza y media!" ( ya sabies, esa expresión con la que se da a entender que se sobrecarga de algo a alguien que ni siquiera podía con lo que tenía antes!, jajaj)

Bueno, esa soy yo. No lo puedo evitar. No se me puede dejar quieta 5 minutos porque la lío y claro, estar de baja por catarrazo ...fueron mas de 5 minutos... así que imaginad la que he podío liar...

A ello voy.
Como sabeis hará un par de meses que inauguré mi negocio de "catering", o comida para fiestas para llevar a domicilio ,celebratusfiestas.com ,y con ello también mi WEB que contínuamente está actualizándose con nuevas entradas de productos y secciones. Pues bien, una de esas nuevas secciones que va a inaugurarse desde la web, aunque estará instalado fuera de ella, aquí mismo en este otro sistema de alojamiento, va a ser un BLOG de recetas anexionado a un proyecto altruísta, artesano y natural con el que estoy ilusionadísima y que creo que podría ser verdaderamente estupendo .

La verdad es que me encantaría que os apuntarais, participarais y lográramos llevarlo adelante entre todos formando una especie de CLAN. Estoy segura que tú puedes o sabes de alguien que tiene, quiere o necesita promocionarse, relacionarse o darse a conocer y no sabe muy bien cómo por que parece no encontrar el modo. AQUÍ TIENES UNA PUERTA ABIERTA!
Pero bueno, quizás, y para no alargarme más aquí , lo mejor sea remitiros directamente a la entrada que abre el blog allí y así veais en qué consiste el proyecto . Os venís también pá allí?

Besos. Cuento con vosotros. Juntos todos: podemos!

domingo, 24 de octubre de 2010

Volován, qué práctico para una fiesta



Volován, qué práctico para una fiesta




Hoy voy a hablaros de un invento muy práctico que seguro habeis probado o visto alguna vez.


El volován; esa especie de cestita de hojaldre (que puede comprarse ya hecha y horneada) lista y preparada para llegar y rellenar.

Inventado en su momento por aquel que ha sido considerado como el summun de los Maestros cocineros, el revolucionario y tan innovador Antonin Carême, cocinero del Zar de Rusia Alejandro l, y gran amigo de Rossini, el volován surgió en su momento como una especie de torrecilla hojaldrada de aspecto tan frágil y ligero que no pudo por menos que recibir rápidamente el apodo de : "...que se la lleva el viento" (vol au vent) y , consecuentemente, su derivación -para nosotros- de :"volován"
Como a menudo sucede con los grandes inventos, podríamos decir que surgió fruto de la casualidad una vez que Carême (en la imagen) tenía horneada una masa de hojaldre y no se le ocurrió otra que rellenarlo y seguir horneando.

Fué al parecer su ayudante quien, al verla crecer sin medida, y posiblemente ladeada o torcida (pues es ése justo el peligro de estas torrecillas de hojaldre) exclamó aquello de : "se la llevó el aire..."

Y por lo visto, a Carême le hizo tanta gracia la expresión que con ella se quedó .

La gracia del invento está como digo en que puede comprarse o tenerse preparado de antemano, y simplemente luego llegar y rellenar. Admite en su interior tanto dulce como salado y puede tomarse frío, aunque hay quien prefiere darle un golpecillo de calor . Eso va en gustos, y según el contenido.

De vocación casi casi arquitectónica, la pastelería de Carême, mejor dicho: su innovación en ella, consistió efectivamente en revolucionar el tipo de "construcciones" hasta entonces conocidas.

Hojaldres que crecían mágicamente hacia arriba, merengues en forma de cono que parecían sujetarse por arte de birlibirloque... Y es que Carême , de ascendencia bien humilde, se pasaba sin embargo -a poco que podía-, las horas muertas estudiando y copiando planos arquitectónicos en La biblioteca de París. Quien iba a decir lo que realmente bullía en el interior de su cabeza... No?

Diseños de Carême

Ahora nos es muy fácil aceptar como natural o normal casi cualquiere tipo de construcción (e incluso de deconstrucción) en la cocina. Hoy día es para nosotros habitual ver construcciones inverosímiles en el plato, que a menudo son dificultosas de comer sin subirse a una escalera ... y que más parecen asemejarse a una escultura que a algo comestible que llevarse al diente y al estómago. Pero hay que imaginar el cambio tan enorme que supuso para el momento (estamos hablando de 1800) el paso de ver comida horizontal a, de pronto, verla construída hacia arriba...
¡Y además rica!

No es de extrañar pues que sus delicias fueran solicitadas para la celebración de la boda de Napoleón... O que sus famosos suflés ( también mágica y silenciosamente hacia arriba) y rociados con oro auténtico ,reclamados para la mesa de los "fortunosos" (no sé si: afortunados...) Rothschild .

Pero...

¿ Sabías que en realidad el hojaldre fue inventado por un pintor?





...Está claro que en esto del hojaldre y volovanes el arte tiene parte fundamental, por no decir primordial

Resulta que la masa de hojaldre fue inventada por un pintor francés de nombre Claude Lorrain, en realidad Claude Gelée, (1600 -1682)

Autoretrato en la imagen).

Puedes ver su obra AQUI)


Gelée tenía en realidad vocación de pintor, pero pintura y materiales eran muy caros y él extremadamente pobre, pero como quería aprender ...

Se trasladó a vivir con su hermano, un grabador que, aparte de enseñarle el oficio, lo metió a trabajar como aprendiz de pastelero ... Contra su voluntad.

Corría el año 1613 y nuestro joven Gelée , que se había trasladado a Roma bajo la tutela del pintor paisajista Agostino Tassi -para quien trabajaba como aprendiz de pastelero-, iba compaginando ambas artes como bien podía.
Pero ... cuando la juventud es osada y la vocación grande.... por algún lado acaba saliendo, y el jovencillo Gelée aprovechaba cada ratico que le quedaba , para ir haciendo bocetos que acababa plasmando después en las tartas.

Su maestro, viendo su afición al dibujo, le dijo un día: "Tu vocacion es ciertamente más de pintor que de pastelero. Mientras tanto, aplica tu saber al oficio que desempeñas; quién sabe dado tu amor al trabajo y tu espíritu, si podrás producir más y mejor que tus colegas, y hasta llegar a inventar…".

"Tengo el presentimiento de que llegarás a ser un hombre superior y que enriquecerás nuestra profesión"

Dicho y hecho; llegó un día en el que inquieto Claude de pronto, y mientras amasaba pan , apartó una bolita de masa y le plantificó en medio un pedazo de mantequilla :

"Quiero hacer un bollo para mi padre, que está enfermo".

Claude no quiso escuchar a su maestro cuando éste le dijo que amasara la mezcla si no quería que la mantequilla se escapara durante la cocción.


" No se escapará si está bien envuelta y no tiene agujero por donde salir ... además es sólo una pequeña prueba..."

Sí sí, pequeña. Enorrrrrrrme se hizo la bolita al entrar en contacto con el calor; crecía y creía ligera , hacia arriba y a los lados...

Y el padre encantado, claro, cuando recibió el bollito.

¡Menuda
!


Y héte aquí que aquel joven Gelée esperaba a no tener el ojo vigilante de su maestro encima, para seguir haciendo probatinas. La siguiente vez aún dejaría al pedazo de mantequilla más "aprisionado"; plegaría sobre sí misma la masa una vez y otra, y otra, y así hasta 10 veces ... ¡Ahora sí que la mantequilla no tendría forma de escapar!

Y fué asi, con osadía y a escondidas, prueba tras prueba, como el jovencillo cayó en la cuenta de que la masa se elevaba no debido a la levadura sino al sistema de plegado; unas veces en una dirección y otras en otra, formando una cruz. Qué curioso ... si resulta que luego eso al hornearlo quedaba laminado en forma de hojas...

Bueno, la historia de Gelée y de cómo el hojaldre pasó a ser conocido daría verdaderamente para escribir una novela tipo "El conde de Montecristo", pues es de lo más parecida.

Bordeando casi casi lo mafioso pero en el siglo XVII. Con "encarcelamiento" y extorsión incluídos para conseguir la receta secreta por parte de un pastelero de nombre "Mosca" (no os riais ... es verídico)... Aquel, que otrora había sido su colega en un obrador ,y que posteriormente se atribuyó ni más ni menos que el mérito de su invención a base de engañar con falsas promesas de "sociedad" y negocio al joven Gelée -a quien tenía recluído en una celda donde le hacía trabajar a marchas forzadas-, aquel...tras 3 días de observación por una mirilla y sin que Claude lo supiera... aquel, como digo, hermano mayor de la "familia" Mosca: ¡logró dar con el secreto de la fórmula que Claudio (en la imagen) guardaba tan celosamente!

Ahora, una vez conseguida , sólo había que borrar las huellas.

A través de la farsa de una falsa emboscada, hizo trasladar a su auténtico creador a una mazmorra con la vana esperanza de que allí , al cabo del tiempo,muriera de inanición .

Tremendo!
:
Pero la vida es insólita y, a veces, la magia existe.



Al parecer Gelée encontró un resquicio por donde se colaba la luz y lógicamente dedujo que aquello conducía al exterior. Gracias a la humedad de la mazmorra y a que obviamente dio con la piedra angular, tras 3 meses de encarcelamiento consiguió desplazar la piedra y escapar a través del hueco...

Aleluya!

Y la "familia" Mosca"...
Bueno ... a esa le llegó su "Raid" particular años más tarde, obteniendo un kármico castigo.

Perecieron todos ellos carbonizados en su establecimiento, no quedando de ellos ni los huesitos; apenas sí sólo unos restos colgando en la puerta del cartelico de :"Fábrica de pasta de hojaldre, Mosca Angelo; inventor".
.
Angelo... Sí; las narices!!!


Qué eufemismo!!!


(Puedes leer toda la historia AQUI ) Es muy curiosa; merece la pena.

Sea como sea, la cuestión es que aquella lámina de masa mantecosa como veis, ha dado una mil vueltas -nunca mejor dicho-, hasta llegar a nosotros

De modo que, la próxima vez que te comas un hojaldre, o un volován recuerda el increíble mérito y prueba de resistencia que entraña esa cosita que aparenta ser tan frágil y ligera.


Que lo disfrutes

martes, 12 de octubre de 2010

Recogiendo huevos .El gallinero en el arte

Imagen: Thomas Waterman Wood





Recogiendo huevos

El gallinero en el arte





Clic en imágenes para ver en grande

Imagen: Thomas Waterman Wood



Imagen: Giacomo Ceruti





Imagen: Charles Haigh Wood







Imagen: Elizabeth Apgar-Smith



viernes, 3 de septiembre de 2010

¡¡¡ Chantatacháaaaaaaaaan !!!

Imagen: fotocomposición, mía , sobre una imagen de : Velle Gosselin


¡¡¡ Chantatacháaaaaaaaaan !!!



Con ustedes:


Bueno... pues después de tantos meses de trabajo y de disculpas varias diciéndoos eso de : "perdón por no poder visitaros, pero es que ando muy liada... abriendo negocio y tal..." Por fin ha llegado el día contento en el que puedo decir que YA ESTÁ! ; se ha convertido en realidad !!!


Después de tantos meses de ilusión, ganas y trabajo... De dejarme la piel, las manos, el dinero y los sesos en el empeño... he de decir que "la criaturica" ha llegado a buen puerto y aquí está. Es una realidad, ya hasta dice "ajo" y toó ... jajajja


Tanto para los que andabais en precedentes y algo sabíais, como para aquellos a quienes la noticia os ha pillado de sorpresa, aquí os presento mi sueño, ilusión y esfuerzo: que lleva impreso el : "hecho con todo amor y esfuerzo" , incluído en la etiqueta, como segundo nombre.


Me da mucho pudor enseñarlo, aunque emoción también, pero sé que estoy entre amigos y que os va a doler más si sabeis que esto anda chutando y yo no os he dicho nada, así que allá va: y,.. por favor sed clementes y poneos en mi piel... estoy empezando, con más ilusión ,ganas y ...-porqué no decirlo-: miedo ,que otra cosa ... Así que porfi no seais muy duros con esta pobre primeriza ^_^



Espero que os guste ^_^


Un beso enorme a todos

domingo, 29 de agosto de 2010

La tienda de dulces .Un recorrido por el arte y la historia


La tienda de dulces

Un recorrido por el arte y la historia


Clic en imágenes para ver en grande

No sé porqué, pero la imagen de una tienda de dulces -algo así como las que traigo hoy en la colección de imágenes-, es algo que va conmigo desde que era niña.

Posiblemente sea que las viera en alguna ilustración que ahora no recuerdo. Puede que en alguna peli, o más posiblemente -me viene ahora a la cabeza- en un capítulo de Pipi Calzaslargas . Ese sí que lo recuerdo, y también alguna vaga imagen de alguna peli con James Stewart?, o similar...
No sé, lo cierto es que nunca conocí ninguna que se pareciera a éstas , que sin embargo son las del tipo que tengo grabadas y asocio con lo que debe de ser una tienda de dulces; con sus frascos llenos de caramelos y gominolas de colores. Esos como los que tengo yo ahora en mi local que - ya lo estoy viendo- va a terminar pareciéndose a las dichosas tiendas de caramelicos


Imagen: Tahirih Goffic


Sea como fuere, y como la verdad es que no he logrado encontrar una gran colección de imágenes para traer sobre el tema en cuestión, lo mejor va a ser desarrollarlo un poco y hacer un apañete, contando de paso su historia. Así que allá va

Resulta que los primeros dulces que comenzaron a comercializarse se hicieron a través de las antiguas boticas, hoy día farmacias. En su origen eran simplemente una mezcla de azúcar y hierbas empleados con fines medicinales -tipo anisetes y tal-, ideales para la indigestión o los problemas de gases. Y todavía hoy nos quedan algunos derivados de aquellos primerizos: los caramelos de menta, por ejemplo.




Y aunque ya los antiguos egipcios y chinos se daban algún que otro homenaje dulce confitando frutas o embebiendo nueces en miel, y en las bacanales romanas y griegas las frutas confitadas iban que volaban.., tras la invasión bárbara la cosa cayó en desuso, y no sería hasta el siglo XVll el que los primeros caramelos hechos a base de azúcar de remolacha se implantaran en Inglaterra o Estados Unidos como tales.




Imagen: Daniela Volpari ( gracias Klimtbalan)

La cosa es que, aunque empezaron su andadura americana primero en forma de sirope, en el área de Nueva Amsterdam -hoy día Nueva York-, comenzó a surgir con paso firme una especie de amalgama de almendra triturada y azúcar que ,con el nombre de marzipán (marzipán, mazapán, lee AQUI ), empezó a ganar adeptos. Y con ellos: llegaron las probatinas.



El famoso marzipán estaba de rechupete, así ,tan sólido él.


Por qué no inventar algo parecido?





Ah, claro, ellos al estar tan lejos no sabían que ya desde el siglo XV los árabes, ¡cómo no!, con su famosa dulcería, tenían algo llamado qandi que era una mezcla sólida de azucar y sabores, que -una vez conocidos y experimentados allí- terminarían transformándose en los famosos candies, o caramelos, y de entre ellos , los limón o menta destacaban como favoritos.


Imagen: Victoria Heryet



Imagen: Ralph Hedley









Imagen: Kirkby Lonsdale






Imagen: James Charles




Imagen: Holly Hobbie




Por favor, si alguien tiene imágenes de cuadros acerca del tema o sabe dónde encontrarlas se lo agradecería un porrón. Voy loca buscando...

martes, 17 de agosto de 2010

¡Coco**, coco, coco fresco!

Imagen: Jim Daly



¡Coco**, coco, coco fresco!


**Nota= Curiosamente , y aunque a nosotros llegó traducido como coco pues en francés se le llama asi, no es al agua de coco a lo que el cuento se refiere, sino al agua de regaliz , tal y como expliqué en la entrada anterior: LEELO AQUÍ


Me habían contado cómo murió mi tío Ollivier. Yo sabía que, estando él a punto de expirar dulce, tranquilamente, en la penumbra de la amplia habitación, cuyas persianas se habían cerrado porque hacía un terrible sol de julio, se oyó en la calle, en medio del silencio agobiador de la ardorosa tarde canicular, el tintineo argentino de una campanillita, seguida de una voz bien timbrada que rasgó la atmósfera pesada y calurosa: «¡Coco fresco! ¿Quién quiere refrescar, señoras, con el coco; quién quiere coco fresco?> Mi tío tuvo un sacudimiento, algo así como el cosquilleo de una sonrisa estremeció sus labios, brilló en su mirada una última alegría, y casi en seguida apagaron sus ojos para siempre.
Estuve presente en la apertura del testamento. Como era natural, mi primo Santiago heredaba los bienes de su padre. La última cláusula me interesaba a mí. Hela-aquí: «Dejo a mi sobrino Pedro un manuscrito, compuesto de algunas hojas, que se encontrará en el cajón derecho de mi escritorio, y además quinientos francos para que se compre una escopeta de caza, con cien francos más que le ruego tenga a bien entregar al primer vendedor de coco que se tropiece en la calle...»
La estupefacción fué general. El manuscrito que me entregaron me dio la clave de aquel sorprendente legado.
Lo copio textualmente:
«Los hombres han vivido siempre bajo el yugo de las supersticiones. Hubo tiempos en que era creencia general que por cada niño que nacía se encendía una estrella, y que ésta seguía las vicisitudes de la vida de aquél, señalando con su mayor brillo los momentos de felicidad, y volviéndose más oscura en sus horas de desgracia. Se presta fe a la influencia de los cometas, de los años bisiestos, de los viernes, del número trece. Créese que ciertas personas lanzan maleficios, dan el mal de ojo. Suele decirse: «Me ha traído mala suerte el haberme tropezado con él.» Todas estas cosas son verdaderas. Yo creo en ellas... Me explicaré. No creo en que las cosas o los seres ejercen una influencia oculta; pero sí creo en el azar bien ordenado. Es cierto que el azar ha hecho que mientras visitaba nuestro cielo algún cometa, tuviesen lugar acontecimientos importantes; y otros en los años bisiestos; es cierto que ciertas desgracias notables han ocurrido en viernes, o han coincidido con el número trece; que el encontrarnos con determinadas personas ha coincidido con la repetición de determinados hechos, etc. Y de ahí nacen las supersticiones. Se basan éstas en una observación incompleta, superficial, que ve causa donde sólo hay coincidencia, y no se preocupan de ahondar más.
»Pues bien: mi estrella, mi cometa, mi viernes, mi número trece, mi hechicero, ha sido, sin género de duda, el vendedor de coco.
»Me han contado que el día en que nací se plantó uno debajo de nuestras ventanas y se pasó allí el día dando gritos.
»Tenia ocho años e iba un día mi niñera a dar un paseo por los Campos Elíseos. Cuando cruzábamos la avenida, uno de estos industriales agitó súbitamente su campanilla a mis espaldas. A mi niñera se le habían ido los ojos tras un regimiento que desfilaba a distancia; yo me volví para ver al vendedor de coco. En ese instante se nos venía encima un carruaje de dos caballos, brillante rápido como una centella. El cochero nos gritó. Mi niñera no oyó nada, y yo tampoco. Sentí que me derribaban, que algo pasaba por encima de mí, que me magullaba... y, sin saber cómo, me vi en brazos del vendedor de de coco; para reconfortarme, me hizo aplicar la boca a una de las llaves, abrió el grifo, me roció con él... y me sentí completamente bueno.
»Mi niñera resultó con la nariz rota. Siguieron yéndosele los ojos tras los regimientos, pero ya a los soldados no se les iban los ojos tras ella.
»Dieciséis años. — Acababa de comprar mi primera escopeta; la víspera de la apertura de la caza me dirigía hacia las oficinas de la diligencia; daba yo el brazo a mi madre, que, debido a su reumatismo, caminaba muy despacio. De pronto, oigo gritar a nuestras espaldas: «¡Coco, coco, coco fresco¡» El pregón se fue acercando, nos siguió, nos persiguió. Me producía a mí la sensación de que era un ente vivo, que hablaba. conmigo, que me insultaba. Creo que la gente me miraba sonriendo; y el vendedor seguía gritando: «¡Coco fresco!», igual que si se estuviese burlando de mi brillante escopeta, de mi morral nuevo, de mi flamante traje de cazador, hecho de pana color marrón. Aun dentro del coche seguía oyéndolo.
»Al día siguiente no cobré pieza alguna, pero maté a un perro que corría y que yo confundí con una liebre, y a una gallina, que se me antojó perdiz. Vi posarse en un seto un pájaro; disparé, y salió volando; pero un mugido espantoso me dejó clavado en mi sitio. El mugido no se calló hasta el anochecer. ¡Ay! Mi padre tuvo que pagar a un pobre granjero con el valor de la vaca.
»Veinticinco años.—Cierta mañana me encontré con un anciano vendedor de coco, muy arrugado, muy encorvado, que se arrastraba con dificultad apoyándose en un bastón y como doblado por el peso de su fuente. Me dio la impresión de que era una especie de divinidad, el patriarca, el ascendiente, el gran jefe de todos los vendedores de coco del mundo. Me bebí un vaso de coco y le pagué un franco. Una. voz profunda, que más bien parecía salir del depósito metálico que del hombre que lo llevaba, gimió: «Esta acción os traerá buena suerte, señor.»
Aquel día conocí a mi mujer, que me hizo siempre feliz.
»Y, por último, he aquí cómo no llegué a ser prefecto por la intervención de un vendedor de coco.
»Había habido una revolución. Me invadió el ansia de hacerme hombre público. Yo era rico, apreciado, tenía relación con un ministro; le pedí una audiencia, indicándole el objeto de mi visita. Me fue concedida en los términos más atentos. »El día señalado—era verano y hacía un calor terrible—me vestí de pantalón claro, guantes claros, botines de tela clara con las puntas de charol. Las calles echaban-fuego. Se hundían los pies en las aceras, que . se derretían; las grandes cubas de riego convertían la calzada en cloaca. Los barrenderos amontonaban de trecho. en trecho aquel fango cálido, y como si dijéramos artificial, y lo tiraban por las alcantarillas. Sin pensar en otra cosa que en mi audiencia, caminaba yo de prisa; de pronto me encuentro con uno de esos barrizales; tomo impulso... A la una..., a las dos... Un pregón agudo, terrible, me rasga los tímpanos: «¡Coco, coco¡, ¿Quién quiere coco?» Hago involuntariamente un ademán de sorpresa..., resbalo... Fué una cosa lamentable, atroz... Me encontré sentado en el fango... Mis pantalones habían tomado un color oscuro, mi alba camisa estaba salpicada de barro, mi sombrero nadaba a mi lado. La voz furiosa, ronca de tanto gritar, seguía vociferando: «¡Coco, coco!» Y delante de mí había veinte personas, dobladas de risa, mirándome y haciendo gestos horribles. »Volví corriendo a casa. Me mudé de ropa. La hora de la audiencia había pasado.»
El manuscrito terminaba así:
«Hazte amigo de un vendedor de coco, mi querido Pedro. Por lo que a mi respecta, me iré contento de este mundo si en el momento de morir oigo a uno de ellos pregonar su mercancía.»

Al día siguiente tropecé en los Campos Elíseos con un hombre muy viejo, cargado con su depósito, y que parecía muy pobre. Le entregué los cien francos de mi tío. se estremeció de asombro, y luego me dijo:
—Muchas gracias, jovencito; esta acción le traerá buena suerte.


Guy de Maupassant




miércoles, 4 de agosto de 2010

Agua de regaliz. Qué refrescante gazapo

Imagen: Louis Haghe




Agua de regaliz. Qué refrescante gazapo




Hoy os voy a contar una historia curiosa.

La historia de un gazapo.


Puede que a más de uno os suene el nombre de "agua de regaliz" a uno de los relatos de Guillermo el travieso, de Richmal Crompton, pues era gran aficionado a tomarlo.


(Guillermo en la imagen)

Puede que a otros os suene más a musiqueta ...


Pero ... lo que es casi casi seguro es que si os digo "Coco, coco, coco fresco" penseis : a esta tía se le va la pinza.

Y sí, puede que sí, e incluso el más avezado diga: y además eso es un relato de Maupassant. Pues también.

(el texto original de Maupassant y el coco en la siguiente entrada ...)



Pero la cuestión es que -aparte de mis idas de pinza varias o no- , hoy vamos a hablar de la historia de un gazapo.

Sí efectivamente, aquel que une subterráneamente y de un modo peculiar al coco con el regaliz.

Cuando yo era cría era frecuente ver a los vendedores de palos de regaliz (en la imagen) , que no sé porqué eran conocidos en mi ámbito estudiantil como: "palulús"; pero eso es otra historia.

La cuestión es que lo que yo nunca llegé a conocer, por más que sí lo hubiera leído mil y una veces en las historias de Guillermo, es la famosa agua de regaliz que tan de rechupete le sabía a él.

Y ni mucho menos podía imaginar cuando leí a Maupassant lo otro, que también él se refería a lo mismo.

Pero héte aquí que allá que te allá los años voy y caigo en la cuenta que una extraña traducción del momento hizo lo que se conoce como : "un falso amigo" con el término : coco.
Vereis:

El agua de cocción de raíz de regaliz macerado con un poco de limón, y en ocasiones aderezado con menta, es un remedio antiquísimo para combatir el calor en las épocas de estío que ya se empleaba como remedio eficaz en el antiguo Egipto.

Y actualmente todavía pueden verse estos vendedores ambulantes por las calles del Cairo. (en la imagen)


De hecho era algo tan común en toda aquella zona que la raíz del asunto llegaba hasta Mesopotamia donde, ya los babilonios hace 4000 mil años la empleaban para fortalecer el sistema inmunitario.


Lógicamente ellos no lo llamaban así, claro. Pero sí se daban cuenta de que les proporcionaba vigor y fortaleza, además de arreglarles problemas estomacales: entre otros la acidez de estómago y las úlceras.

Tan es así que en la tumba del dichoso Tutankamon han sido encontrados los famosos palulús de mi infancia ...


O sea , no los de la mía propiamente dicha, claro está, porque él es algo mayor que yo ... Pero tiene gracia que en el fondo fuera como los críos de
mi cole ... y se fuera a la tumba masticando palulú...


¿Padecería el pobre acaso de gastritis?

No sé.

Pero dejando a un lado tumbas , siglos, árabes , dolores y tal... en Europa, por el contrario, el agua de regaliz -directamente heredada de Siria e Irak- estuvo muy de moda en las calles de París y Bruselas durante el siglo XVIII .

Y cuando digo en las calles quiero decir : literalmente en la calle , pues eran los vendedores ambulantes quienes con su fuente árabe -una réplica de aquellas, se entiende- y ataviados con su cinturón llenito de tazas de plata, se paseaban arriba y abajo gritando aquello de :

"Coco,coco, coco fraise"...

coco, coco fresco ... que traduciría aquel...


Y en España, de haberlos habido :

"Regaliz, agua de regaliz, fresquita.."

Sea como fuere -y aunque hoy día no creo que exista ya este tipo de mercado ambulante en ningún lugar de Europa-, la bebida en cuestión entonces, y hablamos de los siglos XVIII y XIX, acabó poniéndose de moda .

Y no sólo por su eficacia o sabor, sino también porque era un refresco muy agradable que salía de precio fetén.



Ole qué bien, mira tú: tres en uno. Bueno , bonito y barato


Hoy, en estos días en que padecemos semejantes calores, y penurias económicas laborales, digo yo, ¿no sería interesante que volviera a circular un tipo de mercado semejante?

Siempre me han llamado la atención los famosos puestecillos de limonada casera con los que los críos norteamericanos ( y de otos lugares) se sacaban sus perrillas a la puerta de casa. Aquí no creo que hayan existido nunca. Al menos yo no los ví jamás.

Si ví alguno alguna vez fue sólo en las viñetas de Carlitos y Snoopy , ilustraciones infantiles, o algo similar.




Ni tampoco ví jamás un vendedor de agua de regaliz o cualquier otra cosa ambulante, salvo aquel vendedor de manzanas de caramelo que ya dije (lee AQUI)

Y así, algo similar a eso, salvando las distancias... recuerdo los kioskos de horchata, granizados y agua de cebada que había antes en los Madriles, pero que ya no sé ni siquiera si siguen. Muy posiblemente no





Digo yo... ahora que parece que los tiempos nos han dado el bofetón a las apariencias, y volvemos todos a un estilo de vida más natural y sencillo, más artesano y tal, a la par que con un calor achicharrante ... ¿porqué no desempolvar antiguas profesiones y sabores? No sé, algo así...

Yo creo que sí habría cabida, seguramente, para un tipo de refresco como el agua de regaliz artesanal. Que además de rica es medicinal.

No sé ... Ahí lanzo la pelota. Por si alguien la quiere escuchar